viernes, 5 de septiembre de 2008

Los SIG y los abusos sexuales

Uno de los aprovechamientos que en los EEUU hacen de los SIG y aunque sea triste reconocer dicha utilidad, es la de tener localizados a los pedófilos y violadores. Basta con introducción la ecuación "sex offender GIS" en un buscador para obtener un sinfín de visualizadores de cartografía que están enlazados a las direcciones que de manera obligatoria tienen que aportar aquellos que poseen ficha policial por tales motivos.


Podemos verlos a nivel de todo un estado o de un condado que sería casi el equivalente a una provincia en España. Hay muchas estrategias de uso. 


La más común podría ser que un nuevo individuo viene a vivir a un barrio y sus convecinos chequean el nombre ya sea mirando en su portal o simplemente preguntandole al cartero. Luego introducen sus datos en el sistema y comprueban si tienen algún antecedente por abusos sexuales, lo que hace extremar las medidas de vigilancia del citado individuo. 


Otro uso puede ser el de personas que buscan vivienda en una zona y quieren descartar cualquier posibilidad de tener cerca a un violador, en ese caso,  ante una oferta de compra o alquiler se posiciona la dirección en el sistema y se localiza el número de personas fichadas en un radio a determinar, así como su georeferenciación.


En nuestro país hay mucho que avanzar en legislación para poder hacer algo similar debido a las políticas de privacidad de los datos personales, pero ante el incesante goteo de casos de pedofília, violaciones y violencia machista cabría esperar que la tecnología se pueda utilizar para mitigar esta lacra.

Sin duda que en Europa no vivimos todavía en un "estado policial" tal y como se ilustra con estos ejemplos y la incógnita gira en torno a cuanto tiempo duran estos registros de tan macabras bases de datos una vez que el individuo se ha reinsertado, o es que se asume que tales personas no se reinsertan fácilmente y por tanto es lícito que estén marcados de por vida. El debate está servido...

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